Ávido de tecnología, esta mañana me puse a pasear por entre mis blogs favoritos en esta temática y me topé con algo más que curioso.

Realmente no me había percatado de la idea hasta que no lo he leído, pero sentido tiene, cuando menos.

Resulta que durante el discurso de investidura de Barack Hussein Obama su atril se hallaba tras un grueso cristal antibalas, el mismo sitio donde prestó juramento tanto él como su vicepresidente.

Pero, ¿por qué tanta precaución si justo después se paseó al aire libre junto a su mujer y "ninguna protección". En su fina figura no hay mucho espacio para un chaleco antibalas corriente, que por otra parte no quedaría elegante. Así que es muy posible que el servicio secreto echara mano de esto:


No es la primera vez que el colombiano Miguel Caballero diseña algo parecido y está tan convencido de su fiabilidad que no duda en disparar a quemarropa.

Vía gizmodo

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