Hoy, después de un rato pensando, he llegado a la conclusión de que hay una cosa que los políticos españoles hacen bien. Más que bien, genial, y es que ya era hora de que estuvieran a la cabeza en algo.

Copio el artículo tal cual, porque es breve y no tiene desperdicio:


El municipio de Corvera se autodeclaró concejo mestizo allá por el año 1996. Esta declaración forma parte de una iniciativa local de acción integral contra el racismo y la xenofobia. El plan se concibió también como un elemento contra la exclusión social y su objetivo primordial es la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos. Esta declaración de buenos principios e intenciones choca ahora frontalmente con uno de los pocos elementos que pervive de aquel programa de acción social: un panel ubicado en las escaleras de acceso a la primera planta del Ayuntamiento de Nubledo.

El documento, escrito en castellano y en braille (lenguaje para ciegos basado en la lectura táctil de signos grabados sobre papel), está protegido por un cristal que impide a los invidentes acceder a la información existente en el panel, relativa al contenido de la declaración de concejo mestizo. Los responsables de colocar el cristal en el panel no repararon en el contenido del documento y menos aún en los destinatarios, el colectivo invidente. Y es que las personas ciegas necesitan del sentido del tacto para leer los textos. Los invidentes jamás pudieron, así, leer el documento con el cual el concejo de Corvera se declara contrario a la discriminación y a la exclusión social. Todo por culpa de un cristal.

El colectivo de personas ciegas, sin embargo, no es el único que se ve afectado por este tipo de actuaciones. Dicho panel tampoco es accesible para las personas con movilidad reducida que necesitan de una silla de ruedas para desplazarse. El documento está situado en un descansillo en las escaleras de acceso a la primera planta, y no hay ascensor.


En este mundo en el que la conciencia ciudadana, afortunadamente, cada día va abriendo más puertas a las minorías, los responsables de hacer efectivo este avance son los que menos creen en el proyecto. Nuestros políticos ponen la sonrisa al firmar las iniciativas que saben que no pueden llevar a cabo por el simple hecho de quedar bien con la tendencia solidaria, siendo los verdaderamente afectados su última preocupación. Pura fachada electoralista, tan inútil como una tirita para un enfermo de cáncer, que da a luz aberraciones como el Ministerio de Igualdad.

Hay algo en lo que nuestros políticos se llevan la palma, sí. Y lamentablemente es en estupidez.

Fuente: La Nueva España

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