Y es que ayer se evidenció el por qué de la ocasional ineptitud de Lewis Hamilton al volante.
Así de maltratado quedó el Porsche Carrera GT que le prestaron a "papá grúa" tras estrellarlo contra un parque infantil a doscientos metros de su casa. Asegura que es el primer accidente que ha tenido a lo largo de los treinta años que lleva disfrutando de su permiso de conducir, e intenta disculparse alegando que no estaba preparado para dominar el poder de este impresionante coche.
Hay que agradecer que no haya habido ningún herido.
¿Tendrá secuela ’28 años después’? Esto es todo lo que sabemos
Hace 41 minutos
0 comentarios:
Publicar un comentario