En OT lo han vuelto a conseguir. No contentos con humillar semana tras semana canciones de artistas tan mediocres y nefastos como los "triunfitos", se han vuelto a meter en camisa de once varas dejando en evidencia la calidad de estos personajes y, de paso, la cultura musical del resto del país. Ya ocurrió en 2005, cuando un tal Víctor, aquel que decía ser un "Heavy de los clásicos", hizo un ridículo enorme con la primera canción de "su estilo" que le propusieron, The Final Countdown, de Europe, la cual tuvieron que bajar de tono exageradamente porque, como el resto de los mortales, Super Víctor no tenía los cojones que se necesitan para alcanzar registros legendarios, como los del propio Joey Tempest.
Este año han intentado apuntar un poco más bajo musicalmente hablando, pero la hostia ha vuelto a ser extraordinaria. Un tal Reke y un tal Manu, concursantes de esta edición, han apelado al espíritu grunge para ganarse al baldío público con una extraordinaria canción arrastrada al comercialismo por su famoso pasado.
Y mira que era difícil cantar peor que Kurt Cobain...
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